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En busca de estalactitas y formaciones rocosas

La Cueva CsodabogyósBalatonedericsBalaton

Podrá llover, soplar viento o helar, pero las temperaturas constantes de unos 10 grados centígrados y el aire limpio de las cuevas las convierten en un lugar ideal para visitar en otoño e invierno. 

Un mundo de cuento de hadas bajo tierra: Las Cuevas Szemlő-hegyi y Pál-völgyi

Uno de los conjuntos rupestres más bellos de la capital, la Cueva Szemlő-hegyi, es conocida por sus formaciones como el "jardín de flores subterráneo de Budapest". El paseo de 300 metros de largo y 40 minutos de duración, que también se puede hacer con cochecito, permite contemplar los afloramientos de calcita y cristales de yeso raros en Europa. ¡No olvide ver también la película en 3D y la exposición interactiva!

 

Otro lugar emocionante para visitar es la cercana Cueva Pál-völgyi, famosa por sus pasadizos en forma de grieta, grandes desniveles, formaciones esféricas debidas al efecto disolvente del agua termal y sus fabulosas estalactitas. La Cueva Pál-völgyi es el conjunto rupestre más largo de Hungría, con una longitud conocida actualmente de casi 32 kilómetros, de los que 500 metros están abiertos a una visita guiada de una hora. A la cueva se accede por una estrecha escalera de 400 peldaños de siete metros de altura, segura y con pasamanos, por lo que no se permite la entrada a niños menores de cinco años y de menos de 115 centímetros de estatura.

 

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El trabajo de millones de gotas de agua: La cueva de Abaliget

¿Sabía que en nuestro país también hay una torre inclinada de Pisa? ¿Y que tenemos Cataratas del Niágara? Si no en la superficie, como en Italia y Canadá, entonces bajo tierra. Una de las atracciones más famosas de las alturas de Mecsek, la Cueva de Abaliget –cuyo ramal principal de 466 metros se puede recorrer cómodamente en ropa de calle– tiene formaciones tan singulares que incluso se ha dado nombre a algunas de ellas. Entre ellas se encuentran, además de las dos ya mencionadas, la Fuente de Florián, el Calvario, la Cabeza de Elefante y las ruinas de Cartago. La cueva es también un importante dormidero de murciélagos, donde en invierno se pueden ver cientos de pequeños y grandes murciélagos de herradura, y el museo de murciélagos ofrece una visión más abarcadora de la vida de estos quirópteros. 

 

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Sólo con una linterna frontal: La Cueva Csodabogyós

Si quiere explorar la cueva de la meseta de Balatonederics, ¡prepárese para una auténtica aventura! Aunque hay varios niveles de dificultad entre los que elegir, lo cierto es que en algunas partes tendrá que avanzar a cuatro patas o arrastrarse sobre el vientre para atravesar los estrechos pasadizos, mientras que en otras tendrá que utilizar escaleras, asideros de cuerdas y tornillos de paso. Por supuesto, también se le proporcionará equipo de espeleología, pero elija una vestimenta adecuada. Quizá la más bella de todas las salas subterráneas sea el Jardín Colgante, donde miles de estalactitas se alinean junto a las decenas de columnas de estalagmitas de altura humana. A la cueva sólo se puede llegar a pie, por lo que la aventura incluye una caminata de 40 minutos por el bosque, desde la base hasta la entrada de la cueva. 

 

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Únicas en el mundo: La Cueva de Anna y la Cueva de San Esteban

Dientes de mamut y Garganta de la suegra: las singulares formas de solución y las bellas formaciones de estalactitas y estalagmitas de la Cueva de San Esteban, en Lillafüred, también han recibido nombres evocadores e imaginativos. La visita guiada dura unos 30 minutos y la longitud del tramo es de 170 metros.

 

La entrada a la Cueva de Anna –con pocas similares en todo el mundo– se encuentra cerca, junto a la cascada de Lillafüred, y se formó en la toba calcárea del manantial de Szinva. En el recorrido de 208 metros por la cueva se pueden ver formaciones calizas y diversos fósiles vegetales.

 

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La más grande: La Cueva de Aggtelek Baradla

Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, la atracción más famosa del Karst de Aggtelek es la Cueva Baradla, la más popular, larga y espectacular de la región y de Hungría. El complejo conjunto de cuevas no conoce fronteras, por lo que se puede acceder a una parte de él, la cueva Domica, desde Eslovaquia. El Parque Nacional ofrece varios recorridos para explorar el conjunto de cuevas de 25 kilómetros de longitud, incluidas secciones iluminadas con pasarelas y escaleras de hormigón, que puede realizar en ropa de calle, o si le apetece un reto más serio, también participar en recorridos de aventura con linternas frontales y overol de trabajo dirigidos por un espeleólogo profesional.

 

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