Aunque hemos dejado atrás la época de las andanzas, cuando montados a caballo lanzábamos flechas hacia atrás con un arco, el pueblo húngaro sigue siendo una nación de jinetes. Al menos, así lo demuestra el hecho de que existen numerosos establos y alojamientos ecuestres en casi todos los pueblos del país. Si nunca ha montado a caballo, hay que dar los primeros pasos para poder cabalgar con confianza, y si es un jinete experimentado, podrá atravesar hermosos paisajes con una sensación de total libertad.
De la cuerda al campo
Los jinetes principiantes pueden dar sus primeros pasos a caballo bajo la supervisión de un instructor, con una cuerda de caballos. El centro clásico de educación ecuestre es la Escuela Nacional de Equitación de Budapest, y las escuelas de equitación de cualquier pueblo ofrecen instrucción con cuerda. Vale la pena estar preparado para el dolor muscular que se experimentará después de la primera o segunda hora, ya que este deporte utiliza músculos que no se usan para casi ningún otro deporte. Cuando el instructor ve que ha llegado el momento, suelta a su alumno del entrenamiento con cuerda, que puede iniciar la llamada equitación de clase en el potrero. De este modo, además de las técnicas de marcha que han aprendido, también pueden aprender las habilidades de control del caballo y de creación de armonía entre caballo y jinete. Merece la pena tomárselo en serio, ya que colaborar con un robusto caballo es la mejor parte de la equitación. Y cuando el jinete es capaz de interactuar con confianza con su caballo y de pasar varias horas en la silla de montar sin cansarse, podrá comenzar la parte más emocionante de la equitación: ¡se revela el mundo de la equitación en el campo y los paseos a caballo!