El café no era solo un mero establecimiento, sino un centro de vida social, un lugar de encuentro de los intelectuales. No es casual que la revolución de 1848 empezara en un café, y que también fuera el lugar de fundación de la legendaria revista Nyugat. Al paso del siglo XIX al XX, había unos 500 cafés en la ciudad. Sin embargo, tras la Segunda Guerra Mundial, la cultura de los cafés decayó rápidamente y la mayoría de los locales de estilo burgués cerraron. Pero en la actualidad, muchos de los legendarios cafés históricos brillan con su antiguo esplendor. Sería casi imposible enumerarlos todos, pero aquí están los más importantes
Gerbeaud
En 1858, Henrik Kugler abrió este histórico café en la plaza Vörösmarty, que más tarde pasó a manos de su socio Emil Gerbeaud. Este lugar que combina las ventajas de una confitería y un café fue conocido como Vörösmarty desde 1948 hasta 1984; para hoy ha recuperado el nombre Gerbeaud y representa la cultura del café húngaro en prestigiosas listas internacionales.