Sin lugar a duda, una de las regiones más bellas de Hungría es la de los montes Mátra y Bükk, situada en el norte del país. No por casualidad el paisaje pintoresco inspiró a muchos escritores y poetas húngaros en los viejos tiempos. Aquí, incluso un ser urbano empedernido podrá relajarse perfectamente pudiendo participar en excursiones extremas, pero si prefiere los balnearios o es un amante del vino, también podrá elegir de un amplio abanico de programas.
En la milenaria ciudad de Eger, por ejemplo, podrá pasear hasta el alminar de Eger, visitar la casamata y el panóptico del Castillo de Eger, participar en un genuino viaje en el tiempo y, por la tarde, darse un baño en la gran piscina rebosante del Baño Turco de cúpula dorada, construido en 1610.
Después de explorar las pequeñas calles serpenteantes y el famoso castillo de Eger, vale la pena descubrir los otros tesoros escondidos de los montes Mátra y Bükk. No se pierda el Castillo de Diósgyőr, que sobresale del valle del arroyo Szinva, y en el baño de la cueva de Tapolca podrá refrescarse en cualquier estación del año. Si llega en el momento oportuno, también deberá ver la cascada de Lillafüred, que desciende desde una altura de 20 metros, así como visitar Szilvásvárad, el internacionalmente famoso centro de recreación de los montes Bükk. Para llegar a este último, podrá optar por el tren forestal de vía estrecha con locomotora a vapor que sale del valle de Szalajka. Gracias a los estanques de truchas del valle, si le apetece comer algo, en los pequeños y acogedores restaurantes de la zona los lugareños le prepararán magníficos platos de pescado. Los amantes del senderismo acertarán al visitar la región del norte del país, ya que la romántica zona de los montes Mátra y Bükk ofrece una amplia variedad de aventuras durante todo el año. Elija la ruta del Sendero Azul Nacional que recorre todo el país, suba hasta el punto más alto de Hungría, el pico Kékestető, donde, durante los meses de invierno, podrá incluso esquiar.