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Según la leyenda, el rey francés Luis XV, al ofrecer una copita de aszú de Tokaj a su amante, Madame de Pompadour, le dijo: «Este es el vino de reyes y el rey de los vinos». Según otra leyenda, estas palabras fueron pronunciadas por Luis XIV tras haber probado el vino que le había enviado como obsequio el príncipe Francisco Rákóczi. No se pierda este néctar noble, para cuya degustación las profundidades de una bodega centenaria son el lugar idóneo.
Si realmente desea experimentar la atmósfera única de las zonas vinícolas del norte de Hungría, diríjase hacia el campo y descubra los viñedos más hermosos y antiguos y, para terminar el día, disfrute de un pícnic en medio del paisaje pintoresco.
Deslícese a una velocidad de 80 km/h por el cable de la tirolina de 1036 metros de largo, tendido entre la colina Szár y la colina Magas, única de este tipo no solo en Hungría, sino también en Europa, ya que instalaciones similares solo se pueden encontrar en los Alpes. No se pierda los diversos senderos de aventuras y rocódromos, corra por la pista de bob más larga del país o baje ‒incluso sin nieve‒ por una de las tres pistas de esquí.
LA PIRÁMIDE VERDE DEL PARQUE ZOOLÓGICO DE NYÍREGYHÁZA
Desde los apartados y escarpados acantilados del pintoresco castillo de Boldogkő, podrá admirar un panorama asombroso del romántico paisaje rural, además de hacer unos selfis espectaculares.
Coja una bicicleta y descubra la región del tremo superior del río Tisza, donde quedará deslumbrado por las pequeñas iglesias peculiares, campanarios de madera, frescos medievales conservados en perfecto estado, galerías pintadas, techos artesonados ricamente decorados y púlpitos tallados.
La ruta de kayak y canoa más popular en el Tisza es un lugar donde todos deberían experimentar al menos una vez lo que significa remar río abajo. Es un lugar ideal para que los principiantes aprendan los conceptos básicos del remo, mientras que los innumerables recodos y bancos de arena del Tisza hacen que su estancia abunde en aventuras.