Al visitar Hollókő, no solo podrá admirar estas peculiaridades arquitectónicas: si llega en el momento adecuado, también obtendrá una idea de cómo vivían los pueblos húngaros a principios del siglo XX. Como resultado de la urbanización, a finales del siglo XIX ‒pero a más tardar, a principios del siglo XX‒, los grupos étnicos húngaros comenzaron a abandonar sus trajes típicos regionales, se despojaron de sus atuendos. Este fenómeno se experimentó también en la etnia palóc, principalmente en Hollókő, pero sólo en los años 60 del pasado siglo y de manera gradual. Los habitantes de la aldea no solían ir a trabajar a grandes ciudades, por lo que, prácticamente, conservaron su antigua cultura. Por supuesto, en el pueblo hay caminos asfaltados, electricidad e Internet, pero los 400 residentes ‒en su mayoría jubilados actualmente‒ mantienen sus tradiciones, se trate de gastronomía, religión o arte popular. En días festivos ‒por ejemplo, en Semana Santa, que es especialmente importante para ellos‒, incluso el pequeño número de jóvenes suele vestir trajes folclóricos tradicionales palóc.
Hollókő, ubicado en un maravilloso entorno natural, es perfecto para una excursión de un día en cualquier época del año.