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Sárvár: merece una visita no sólo por sus aguas medicinales

El castillo NádasdySárvárBükk - Sárvár

Sárvár es una de las mayores y cada vez más populares ciudades de Transdanubia occidental, a orillas del río Rába. Su principal atractivo es, sin duda, el balneario medicinal de renombre internacional, pero se puede afirmar con todo fundamento que no sólo por ello merece la pena visitarla. 

Sárvár también tiene un pasado impresionante que se remonta a más de mil años, y hay muchos lugares de interés para ver. Su centro histórico invita a dar un paseo romántico, empezando por la empedrada plaza Kossuth, donde se puede admirar la fuente con espectáculos de luz y sonido, el imponente ayuntamiento construido entre 1878 y 1882 y los monumentos de la Primera y Segunda Guerra Mundial. La Plaza de Correos, inaugurada en 2014, es otra plaza espectacular de la ciudad, donde podrá caminar en medio de la fuente interactiva de 72 boquillas iluminada por luces LED. Las dos plazas, así como el parque Hild recientemente renovado, con parque infantil y bancos, se encuentran junto al castillo Nádasdy. El castillo es una atracción ineludible de Sárvár, uno de los pocos castillos medievales húngaros que han sobrevivido intactos a las tormentas de la historia. 

Segismundo de Luxemburgo donó el castillo a la familia Kanizsai en 1390 y, luego, el castillo pasó a manos de la familia Nádasdy con el matrimonio de Dorottya Kanizsai y Tamás Nádasdy en 1534. Como patrimonio de esta familia, el edificio vivió su apogeo y la transición del Renacimiento al Barroco. El famoso señor del castillo era el vencedor de los turcos, Ferenc Nádasdy, el «bey negro», a quien se rinde honor con una estatua de un reloj de sol frente al Hotel Termal Danubius: el «bey negro» señala la hora con una lanza. Su viuda fue Erzsébet Báthory, que se hizo famosa como el «monstruo de Csejte», acusada de asesinar y desangrar a chicas jóvenes; es más probable que los cargos inventados se basaran en la intención de confiscar bienes, pues no se celebró juicio, ni tampoco se pronunció condena alguna. 

El castillo Nádasdy, en Sárvár, merece una visita por sus arcadas renacentistas, su impresionante salón con frescos en el techo y sus salas barrocas, así como por sus exposiciones. El Museo Nádasdy ha organizado entre sus muros una exposición de renombre internacional de artes aplicadas, mapas e historia de los húsares (la única exposición de húsares de Hungría), así como una exposición de imprenta y vidrio. Su obra de arte más preciada es el singular reloj Nádasdy, que forma parte del legado de la gran historia de la familia. 

El castillo está rodeado por el Parque del Castillo, donde podrá dar un agradable paseo, pero si quiere acercarse aún más a la naturaleza, no tiene que ir muy lejos, ya que justo al lado del castillo se encuentra el Arboreto de Sárvár con una de las colecciones de plantas más antiguas de Hungría, cuyo antecesor se creó en 1546. El terreno de 9,2 hectáreas gestionado por el Parque Nacional de Őrség formaba parte de la finca del castillo y ha sido declarado lugar de curación junto con el balneario. Cuenta con cerca de 300 especies de árboles y arbustos, robles pedunculados de 300 años, plátanos de sombra de 200 años, pinos negros, pinos japoneses, magnolias centenarias, rododendros, azaleas y un estanque con peces, todo ello con numerosos paseos. Junto al castillo y el arboreto, se encuentra el antiguo Hotel Korona construido en 1818, cuyo edificio de una sola planta solía servir como hotel, restaurante y centro social de la ciudad y, antaño, era conocido como la Taberna de Paja por su techumbre de paja. 

Sárvár también es rica en monumentos eclesiásticos que merecen ser visitados. En la plaza del mercado, se encuentra la iglesia barroca de San Ladislao con la primera estatua de plaza pública de Sárvár, la columna del Cristo Doliente. La iglesia de San Nicolás también es famosa porque, en 1556, el cronista de los castillos fronterizos, Sebestyén Tinódi fue enterrado en su antiguo cementerio. La iglesia de San Marcos es el otro monumento de la época de Árpad de Sárvár; según los arqueólogos, el marco de piedra de la puerta de la sacristía sur es uno de los lugares más interesantes del románico en la región de Transdanubia. La iglesia evangélica neoclásica que se levanta frente al castillo es obra del mismo arquitecto de Sárvár que construyó el ayuntamiento, Samuel Geschrey; con su exterior puro y blanco, es un buen ejemplo de la arquitectura eclesiástica neoclásica de Transdanubia. 

La zona de recreo más popular de la ciudad es el Lago Csónakázó (lago para pasear en bote). Para explorar el sistema de cuatro lagos, podrá alquilar un bote o una bicicleta acuática, o relajarse a la sombra en la orilla. Incluso en invierno, podrá dar un romántico paseo por los bellos puentes que conectan las superficies de agua. Si busca un ocio más activo en la ciudad, el Parque de Aventuras de Sárvár puede ser la opción adecuada.
 

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