Budapest 3 °C
Magyar Magyar

Región de Sopron Hungría para las familias - 2 días

Región de Sopron
¿Cuánto tiempo se tarda?
2 días
Mejor medio de transporte para este plan:
coche
bicicleta
transporte público
Esta región es famosa por:
Museos y exposiciones
Mansiones, castillos y palacios
Región de Sopron
Hungría para las familias
1 día
En el casco antiguo de Sopron, podrán ver todo en un día, es un estupendo programa familiar e incluso podrán echar un vistazo a los montes Lővér.

Si se menciona Sopron, lo primero que a muchos les viene a la mente es la Torre del Fuego.

La torre es el símbolo de la ciudad, que en tiempos remotos tenía gran utilidad práctica, ya que los vigilantes que antaño servían en la Torre del Fuego advertían desde allí a los habitantes de la ciudad si se producía un incendio, se acercaba un enemigo o si alguien trataba de traer vino ajeno a la ciudad.

Después de ver las murallas de la época romana, suban hasta la cima de la Torre del Fuego de 58 metros de altura. Allí les llevarán 200 escalones que se pueden subir fácilmente con unas cuantas pausas para descansar. Desde el mirador circular, se ofrece una impresionante vista de Sopron, el lago Fertő y la cercana Austria.

 

Museo Infantil Macskakő en la casa Eggenberg

El Museo Infantil Macskakő (Adoquín) es un verdadero tesoro ubicado en el centro de Sopron.

El museo de la Casa Eggenberg presenta la vida cotidiana de la gente de antaño a párvulos y pequeños estudiantes. A través de los antiguos objetos de uso, desde la época romana hasta nuestros días, se abre un mundo nuevo para los niños que pueden descubrir las piezas expuestas de forma independiente y lúdica.

 

Mirador Károly / sendero educativo de las brujas

Diríjanse hacia el bosque de los montes Lővér. Desde el aparcamiento situado en el cerro Károly, un sendero de cuentos de ocho estaciones guía a los niños hasta el destino. Con la ayuda de un mapa, podrán rastrear los pasos de las leyendas locales, recolectar sellos en las estaciones y, al final del sendero, recibir un premio.

Al llegar al mirador Károly, ya entenderán por qué a los lugareños les gusta subir hasta allí. Un paseo por los bosques de los montes Lővér disfrutando del aire fresco en compañía de ciclámenes, ardillas y, si tienen suerte, corzos.

Al pie del mirador, les espera un museo y, desde lo alto del mirador, otra vez disfrutarán de una vista maravillosa de Sopron, incluyendo el lago Fertő, la vecina Austria y Schneeberg.

 

En el casco antiguo de Sopron, podrán ver todo en un día, es un estupendo programa familiar e incluso podrán echar un vistazo a los montes Lővér.

En la Edad Media, Sopron fue una de las siete ciudades reales libres más importantes del país, una ciudad de investidura de reyes y fronteriza que, por su posición geográfica, siempre ha desempeñado un papel importante en la historia como mediadora cultural. Las antiguas rutas comerciales romanas también pasaban por la ciudad, los edificios ‒que albergan varios museos‒, casas y callejones estrechos del centro de la ciudad son testigos de su rica historia. La Casa Fabricius, el Museo de la Farmacia, el Foro de la antigua Scarbantia, las Sinagogas Vieja y Nueva, la Casa Eggenberg, la Casa Lábas y la Casa César se pueden visitar en el marco de un paseo por el centro de la ciudad.

En la plaza principal, la casa Storno y la Iglesia de la Cabra guardan sorpresas para los visitantes de todas las edades.

La Casa Storno es uno de los edificios más hermosos de la ciudad, un palacete barroco de esquina que muestra la historia de Sopron de los siglos XVII y XX. El epónimo Ferenc Storno llegó a Sopron por equivocarse de camino, y comenzó a trabajar como deshollinador; pronto descubrió en los desvanes de Sopron y sus alrededores las obras caídas en el olvido. Un dato interesante: este edificio albergó al rey Matías durante el invierno de 1482-1483.

El pasado de la Iglesia de la Cabra se remonta a tiempos ancestrales; se menciona por primera vez en un documento de 1280. Sobre su entrada, se observa un escudo de armas en el que figura una cabra que hace referencia al benefactor de la iglesia. Y ¿quién era este benefactor, por qué se llama así la iglesia y qué eventos históricos y coronaciones tuvieron lugar en la iglesia? Todos estos detalles se pueden averiguar al conocer su historia.

Para terminar, den un paseo por las calles que rodean la Plaza Mayor. La calle de San Jorge, la calle Nueva, la calle del Monasterio y la calle de la Iglesia esconden innumerables edificios y monumentos de destacada belleza.

 

2 días
Si tienen dos días para Sopron, después del casco antiguo y el mirador Károly, continúen su programa con una dulce tentación en la manufactura de chocolate Harrer y visiten «el Versalles húngaro» ubicado en Fertőd.

Manufactura de chocolate Harrer

La dinastía de pasteleros Harrer de origen austriaco lleva ya cuatro generaciones deleitando a sus clientes y, desde hace una década, se dedican también a la elaboración del chocolate.

Ellos mismos tuestan los granos de cacao procedentes de los mejores lugares de producción, todos los productos se elaboran a mano, utilizando exclusivamente ingredientes naturales y, luego, aromatizan las delicias con semillas, frutos secos y especias.

Gracias a la constante experimentación, su gama de chocolatinas es única, y sus productos son premiados en prestigiosos concursos internacionales. Prueben sus chocolates amargos y con leche, los bombones, los ganaches, el chocolate caliente y, en los calurosos días de verano, por supuesto, los helados.

Para la degustación de chocolate, es conveniente hacer la reserva con antelación.

 

«El Versalles húngaro» - el Palacio Esterházy de Fertőd

El edificio del Palacio Esterházy de Fertőd cobró su forma actual en el siglo XVIII. El palacio de 126 habitaciones es una digna contraparte del Palacio de Schönbrunn en Viena o del Palacio de Versalles en París.

En el «Versalles húngaro», la música y el esplendor caracterizaban la vida en el pasado. Aquí se celebraban bailes y fiestas con regularidad, y la emperatriz austríaca, María Teresa, también asistió a alguna de estas lujosas veladas. Para finales del siglo XVIII, se había convertido en uno de los principales centros culturales del país, por lo que no es de extrañar que el famoso compositor austríaco, Joseph Haydn también viviera y trabajara aquí durante dos décadas.

Después de la exposición que presenta la historia de la época en las salas del palacio, vale la pena dar un largo paseo por el parque y contemplar cómo vivían aquí su vida cotidiana los miembros de la familia principesca.

 

‎¡MUÉVETE EN TU ENTORNO COMO UN HÚNGARO!