Diseñada por Miklós Ybl, responsable también de la basílica de San Esteban (Szent István Bazilika), la Ópera Nacional de Hungría abrió sus puertas en 1884. Lujosa tanto por dentro como por fuera, con un espléndido fresco de Károly Lotz y una resplandeciente araña de bronce en la sala principal, la Ópera acoge el Ballet Nacional de Hungría, fundado ese mismo año. Durante las tareas de revisión de la decoración de acero forjado y mármol, que se prolongarán hasta 2019, las obras se representarán en el teatro Erkel.
Renovado y reabierto en 2013, el antes denominado Ópera del pueblo recibió en su momento a Toscanini, Nijinsky y Ballets Rusos, así como a Ella Fitzgerald y Béla Bartók. Desde 1951, el teatro Erkel sigue la línea de la Ópera, y su programa incluye actualmente conciertos de música clásica, ballet, musicales y ópera.
Cuando Franz Liszt (para los húngaros, Liszt Ferenc) abrió su Academia de Música en 1875, lo hizo en su vivienda, en la calle Vörösmarty, donde hoy hay un museo en su honor. Hoy, la Liszt Ferenc Zeneakadémia se encuentra en la plaza que lleva el nombre del compositor, en un edificio de estilo Art Nouveau construido en 1907. Desde su renovación en 2013, ha organizado sus propios conciertos, principalmente, de la mano de artistas como Joshua Bell, Chick Corea y Steve Reich.