En Budapest, como en otras grandes ciudades europeas, desde hace muchos años se organizan ferias navideñas en las que se ofrecen productos de alta calidad, siempre aliñadas con algo especial y enfocadas en las valiosas tradiciones de artesanía. Cada año, Budapest ocupa un lugar destacado en la lista de las ferias de Adviento. La feria organizada delante de la Basílica fue votada como la mejor de Europa en la encuesta pública en línea European Best Destinations en 2020 y la segunda mejor en 2021, y en años anteriores también había ocupado puestos dignos.
Este hermoso resultado no es una mera casualidad. La capital húngara es deslumbrante en sí misma, y si esta maravillosa ciudad se viste de una hermosa iluminación decorativa y, además, se ofrecen manjares deliciosos y vino caliente, ¿quién podría resistir la tentación? Aunque mucha gente, debido al clima más agradable y las fiestas, prefiere visitar la ciudad en verano, Budapest también debe verse en invierno. Gracias al ambiente festivo que domina toda la ciudad, ofrece casi más que en verano, ya sea un tema fotográfico o placeres del paladar. La ciudad invernal es hermosa en sí misma por sus valores arquitectónicos que le confieren una atmósfera navideña incluso cuando no nieva, lo que es un aspecto cada vez más importante debido al cambio climático.
Durante este período de aproximadamente un mes, se abren ferias de Adviento de mayor y menor medida por todas partes de la ciudad, y todas se caracterizan por los productos de calidad, de valiosa artesanía y los manjares deliciosos de la temporada. Las ferias más conocidas son, quizás, la de los alrededores de la Basílica de San Esteban y de la plaza Vörösmarty, pero también hay diversas ferias más pequeñas en la plaza Erzsébet y en Buda, por ejemplo, que brindan a los visitantes la oportunidad de tomar una bebida caliente durante su recorrido. Además de las dos delicias más conocidas y populares, el bollo de chimenea y el langos (una especie de masa de pan frita), castañas asadas, buñuelos, pasteles, töki pompos (pizza de estilo húngaro), platos de col, asados variados, platos de pescado, embutidos y diversos platos combinados esperan al visitante hambriento. Non cabe duda de que todos encontrarán algo que les guste al ver la oferta y experimentar los olores atractivos paseando por delante de los mostradores llenos de platos. De hecho, el desafío es cómo probarlo todo antes de hartarse por completo. Los que todavía no han visitado la ciudad en tiempo de Adviento no deben perdérsela, y los que sí lo han hecho deben repetir la visita. Y si en el viaje se incluye un recorrido por la ciudad o, tal vez, un agradable baño en las termas, la experiencia servirá como dopaje espiritual para los visitantes que seguramente les ayudará a sobrevivir los días grises de los meses más fríos del año.