El Castillo de Füzér

Regreso a la Edad Media Eche un vistazo a una de las ciudadelas más bellamente ubicadas de Hungría, tan espectacular como el famoso castillo bávaro neogótico de Neuschwanstein, solo que este castillo que se erige sobre un cono volcánico fue construido a principios del siglo XIII, 650 años antes que su hermano bávaro. En el Castillo Füzér podrá conocer la historia de la fortaleza con la ayuda de animadores profesionales. Füzér se encuentra en uno de los puntos más al norte de Hungría, en la parte más oriental de la Cordillera de Zemplén. A la localidad se accede por dos rutas principales: por la carretera 37 en dirección SzerencsSárospatak-Sátoraljaújhely, o por la carretera principal 3 desde HidasnémetiGöncTelkibánya. La carretera pasa junto a la famosa región vinícola de Tokaj, donde podrá relajarse en las bodegas. Estando aquí, no deje de ir al Centro de Visitantes del Parque Natural Nagy-Milic, la Casa Folclórica Rural y el edificio de la Guardia del Castillo. En las plataformas interactivas aquí disponibles, quienes no puede visitar el castillo o difícilmente pueden recorrerlo también podrán dar un paseo virtual por los principales lugares de interés de la región. Pero si puede, asegúrese de visitarlo porque, desde cerca, las dimensiones y proporciones del castillo tienen un efecto completamente diferente y la experiencia del crujido de las vigas bajo sus pies es incomparable con cualquier solución virtual. Aquí podrá descubrir quiénes eran los propietarios del castillo y su forma de vida en la Edad Media. El nombre del castillo apareció por primera vez en un documento fechado en 1264 y, según un documento posterior de 1270, el propietario del castillo en la primera mitad del siglo XIII era un cierto “maestro Andrónico ciego” de la comunidad Kompolt, donde fue comprado por el rey Andrés.  

Según otro documento que menciona Füzért, el maestro Andrónico regaló Füzér a la princesa Anna, hija del rey Béla IV, junto con los dominios que le pertenecían, a quién su hermano, después, se lo quitó por la fuerza. En 1320, Füzér reaparece como castillo real. En 1389, el rey Segismundo de Luxemburgo donó el castillo a los hijos de Péter Perényi. El período más significativo del castillo de Füzér se remonta al período de los Perényi. Después de la derrota de Mohács en 1526, Péter Perényi ‒el guardia de la corona‒ transportó a Füzér la Santa Corona húngara y la escondió en el castillo. El 3 de noviembre de 1527, Perényi se puso al lado de Fernando I y entregó la corona al archiduque austriaco quien, en virtud de los tratados estatales vigentes, era el pretendiente legal del trono. Como recompensa, Perényi recibió Sárospatak y el usufructo de los bienes del obispado de Eger. El último propietario prestamista de la zona fue Ferenc Bónis. El castillo de Füzér fue incendiado por el general de Košice para que no sirviera de refugio a los insurgentes. Entre 1934 y 1936, se llevaron a cabo pequeños trabajos de conservación en las ruinas del castillo a expensas de la familia Károlyi, que había sido propietaria de los dominios desde 1686. Las excavaciones arqueológicas del castillo solo comenzaron en 1977 y, actualmente, las obras están aún en curso. La restauración del castillo comenzó en la década de 1990 y aún no se ha concluido. El castillo inferior fue reconstruido hace unos años, también se renovaron la capilla del castillo, el ala palaciega y el bastión inferior del castillo superior. 

Lo que verá es un intento de protección monumental: la reconstrucción fue diseñada por arquitectos basándose en descripciones de la época, en representaciones auténticas y en sus propias ideas. Es decir, no solo se llevó a cabo la preservación, sino también la reconstrucción. Así, los interiores, en parte, son fácticos y, en parte, nacen de la fantasía, aunque los inventarios de la época describen detalladamente cada motivo y decoración de las habitaciones. El complejo de edificios en forma de herradura tiene un ala femenina y otra masculina. El pórtico del ala palaciega femenina abre al jardín renacentista. El ala masculina, también conocida como Palacio Viejo, esconde el salón de los caballeros. De aquí, abre una capilla gótica de alta arcada, construida en la época del rey Segismundo en los años 1400. Mirando hacia arriba, bajo el arranque de los nervios de la bóveda, podrá ver nichos de esculturas con dosel. Se parecen mucho a las estatuas de la catedral de Košice. En este estado, el castillo podría ser el lugar perfecto para el rodaje de una película histórica clásica. Es fácil imaginarse al protagonista cuando se escapa de una de las mazmorras descendiendo por los muros de la torre. A propósito de muros: vale la pena mirar las gárgolas en forma de grifos mitológicos que brindan protección a los muros exteriores contra la lluvia. El grifo, como animal de escudos, reaparece también en muchos otros lugares del castillo. Paseando por la zona, visite Füzér: ¡nunca olvidará la vista que se abre frente a usted desde el parapeto del castillo!