La Epifanía es un momento importante del calendario por dos razones. Por un lado, marca el final de la temporada navideña, cuando, según la tradición popular, hay que desmontar el árbol de Navidad. Pero la Epifanía marca también el comienzo del carnaval, que dura hasta el Miércoles de Ceniza, inicio de la Cuaresma.
La fiesta se anima al final
Aunque la primera semana de enero sigue siendo de un frío glacial, el carnaval ya es una celebración de la próxima llegada de la primavera. Quizá por eso la temporada carnavalesca no alcanza su punto culminante al principio, sino durante los tres últimos días a partir del Martes de Carnaval, cuando el tiempo es más suave. Esta es la temporada carnavalesca de fin de invierno, cuando se celebra en Hungría la Caminata de los Busó en Mohács.