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Potencia del bienestar en el centro de Europa

Baño Veli BejBudapestGran Budapest

Si hay algo en lo que Hungría es una potencia mundial, es en sus recursos de aguas medicinales, termales y minerales. Sólo regiones volcánicas como Italia y partes de Turquía, o Islandia, pueden competir con nuestro país en este sentido. Las aguas cálidas y ricas en minerales que brotan de bajo la corteza terrestre siempre han atraído a la gente.

Los romanos que conquistaron la provincia de Panonia trajeron consigo la cultura del baño desde Italia, pero aquí encontraron tanto una buena acogida como aguas naturales con propiedades medicinales. Los conquistadores húngaros tampoco eran ajenos a los baños, y su nobleza llevaba consigo bañeras portátiles de cuero. En la corte del rey Matías, según Galeotto Marzio, se invitaba a los huéspedes de lugares lejanos a un baño de vapor. 

Del baño turco al balneario medicinal

Los turcos también llegaron con una avanzada cultura del baño, fundando varios baños turcos en Buda, Eger y otras partes del país. Varios de ellos (como el Balneario Rudas, el Balneario Király y el Baño Veli Bej, de la Orden de las Hermanas de la Caridad) todavía operan hoy día, y su oferta combina los beneficios y servicios de los baños turcos tradicionales y los balnearios de bienestar modernos, desde masajes hasta la clásica experiencia del hammam. Pero una cosa no ha cambiado: siguen siendo lugares de renovación física y espiritual.


Los médicos del Imperio de los Habsburgo también utilizaban las aguas termales para la curación. La aristocracia de la monarquía austrohúngara, y también la alta burguesía, solían veranear frecuentemente en los balnearios medicinales del país, desde Abbazia hasta Herkulesfürdő. Aunque el país perdió numerosos balnearios famosos por decisión de Tratado de Trianón, Hévíz, Hajdúszoboszló y Budapest siguen ocupando un digno lugar en la cultura balnearia europea. 

Una experiencia de bienestar para todos los miembros de la familia

En la época posterior a la Segunda Guerra Mundial, muchos buscaban alivio en los balnearios para sus dolencias musculoesqueléticas, pero, en la década de 1990 y, sobre todo, en la de 2000, la cultura balnearia húngara se ha desarrollado a pasos agigantados. Los patinados baños se han renovado y numerosos hoteles de bienestar y complejos balnearios han abierto sus puertas.


Estos balnearios atraen a los visitantes no sólo por sus aguas medicinales o su entorno natural único, sino también por su amplia gama de servicios. La mayoría de ellos ofrecen programas y experiencias para toda la familia, desde los más pequeños hasta los jóvenes deportistas y aventureros, pasando por los adultos que buscan relajación o un descanso reparador. Además de los tratamientos balnearios (baños en piscina, baños medicinales en bañeras, masajes subacuáticos o terapéuticos, barroterapia), que en algunos casos también están subvencionados por la seguridad social, todos los balnearios de bienestar ofrecen saunas, baños de vapor, masajes y otros tratamientos de bienestar, así como tratamientos de belleza y cosméticos. Piscinas, salas de fitness y toboganes esperan en los balnearios a los más deportistas. El valor arquitectónico de estos balnearios históricos y de los modernos complejos de bienestar es también impresionante. Además de los históricos baños turcos y balnearios que evocan el esplendor de finales del siglo XIX y principios del XX, los modernos centros y hoteles de bienestar figuran regularmente en las listas internacionales de los mejores balnearios.  

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