El castillo que muchos han visto o, al menos, sobre el que han leído, pero no importa cuántas veces regrese, siempre le ofrecerá una nueva experiencia. La vista panorámica de la ciudad desde la muralla del castillo es perfecta, un tema de fotografía imperdible. Las pequeñas calles que conducen al castillo también evocan la atmósfera de la Edad Media.
Uno de los edificios más característicos de la ciudad domina la vista del centro. Monumental, espectacular, no se puede ignorar. ¡Dé media vuelta en las escaleras y ya estará frente a la entrada del Liceo con un aspecto similar!
“La ciudad de Eger, la ciudad de los sacerdotes”, así dice una canción conocida, y ello es cierto aún en nuestros días. La ciudad barroca es la sede arzobispal, donde la exposición del Centro de Visitantes presenta la vida de obispos y arzobispos. ¡Observen la decoración de la pared del Salón Madaras, que apareció debajo de 30 capas de pintura y yeso! ¡Vale una misa!
Descubre la región y planifica tu visita con la ayuda del mapa.