La monumental fortaleza fronteriza gótica fue antaño una de las tres más sólidas del país. Para su construcción no se utilizaron piedras, sino que los ladrillos se quemaron localmente de la arcilla proporcionada por los ríos Kőrös. Tras 129 años de dominio turco, también albergó una cervecería, una casa de pálinka, un archivo y una prisión. Hoy, es un museo con 24 salas donde se puede conocer la rica historia de la ciudad.
Podrá conocer el palacio de una manera singular y también dar un vistazo detrás de la escena. La exposición es inhabitual: además del estilo de vida de la nobleza, los espacios amplios del apartamento aristocrático también muestran la vida del antiguo personal y los secretos ocultos del palacio. Conozca de forma interactiva ‒no carente de emociones‒ al mayordomo, al lustrador de zapatos y a la antigua ama de llaves.
¡Elijan una forma cómoda de ver la ciudad! Los trencitos son muy populares en Gyula: Thomas, la locomotora, sale con sus coches de la entrada del castillo y, tras una vuelta por los lugares más importantes de la ciudad, regresa allí en treinta minutos. ¡Solo tienen que sentarse y disfrutar del viaje!
El Balneario del Castillo de Gyula y el Palacio Acuático están a un agradable paseo desde el castillo. Es uno de los balnearios y spas más acogedores y de mejor calidad de la Gran Llanura. Es un buen programa para quienes buscan relajación y experiencias en todas las temporadas. Un parque de saunas especiales, un centro spa lleno de elementos de experiencias, una piscina de olas y una piscina deportiva se pueden encontrar en medio de un antiguo parque lleno de rarezas de plantas.
Un lugar de peregrinaje ineludible en Gyula. ¡Y esto no es una exageración! El antiguo lugar que huele a pastel desde hace 180 años, fue la primera confitería en la ciudad y la segunda en Hungría, ubicada en un hermoso edificio de carácter burgués. Hoy, encontrará un museo de confitería en el sitio del antiguo taller de delicias. Anticipamos que será difícil elegir entre las delicias: las tartas Centenaria, Erkel y Munkácsy son las especialidades de la repostería, así como las tartas tradicionales, los chocolates y helados artesanales.
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