¿Sabía que la historia de los cafés en Szeged se remonta hasta 1739? En ese año, por influencia de la ocupación turca, se estableció el primer café de la ciudad. Szeged aún preserva las huellas de su rico pasado. Si callejea por el centro, diríjase a una de las pastelerías de varias décadas de historia, donde, más allá del ambiente de principios de siglo, disfrutará de auténticas especialidades culinarias.
Hungarikum en el plato
Uno de los elementos más importantes de la cocina tradicional húngara es el pimentón, incluido en la lista de los hungarikum. Cabe señalar que esta especia en un principio se empleaba solo para reemplazar la pimienta, que entonces era demasiado cara para los habitantes de la Gran Llanura. El estofado especiado con pimentón y los demás platos deliciosos a la páprika partieron de esta ciudad en su camino hacia la conquista del mundo y, para finales de los años 1860, llegaron a ser platos nacionales. A propósito de los hungarikum: vale la pena destacar el salami, sobre el cual no es exagerado afirmar que es un manjar popular en todo el mundo. La mayoría de los turistas que visitan Hungría, al despedirse del país, se llevan, como mínimo, una barra de téliszalámi (salami de invierno) de primerísima calidad