Solo en Budapest podemos encontrar más de 100 manantiales y pozos termales, por lo que la ciudad se sitúa en el número uno del mundo. La variedad es inmensa y encontrará algo para todos los gustos. Tanto si lo que quiere es pasar una tarde relajada y, tal vez, recibir un masaje en Király, como si prefiere visitar el Széchenyi, el balneario estrella, o si quiere divertirse deslizándose por los toboganes de agua del Aquaworld, encontrará lo que busca.
Si busca un lugar tranquilo y relajante para ir en familia, debe ir a Király.
Construido en 1565, recibe su nombre de la familia König, que lo adquirió 200 años más tarde y lo convirtió en lugar de curación. Los visitantes se trasladarán a otra época. Su principal atractivo es que, como es menos conocido, no le visitan multitudes.