Diciembre es una época de calma de fin de año, un tiempo de reuniones íntimas. No hay mejor momento para dar un largo y tranquilo paseo por la bellamente decorada Budapest, vestido adecuadamente y acompañado de su pareja, amigos o la familia. Las luces navideñas y los dulces olores del entorno son un perfecto ambiente para grandes conversaciones. Si por casualidad tropieza con un mercado de Adviento en su camino, déjese llevar por el bullicio, pruebe la comida que se ofrece, saboree un ponche especiado o un té caliente con miel y busque un bonito regalo para colocar bajo el árbol de Navidad.
En pleno centro
La plaza Vörösmarty es el lugar emblemático de Budapest donde todos los años puede sumergirse en el ambiente de las fiestas de fin de año. Merece la pena tomar el primer tren subterráneo del continente, ya que el lugar es una de las terminales del metro histórico, que sigue en funcionamiento aún hoy en día. También podrá visitar el legendario Café Gerbeaud, pero sólo después de haber visto su impresionante fachada y, luego, los antiguos interiores, para degustar uno de sus postres de estilo francés. Pasee por la plaza y visite la feria, donde suele haber actividades artesanales y un trencito para niños, y espectáculos tradicionales para adultos.