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La tarta en la que se puede tocar como un tambor, pero su nombre no se debe a ello.

Todos los niños creen que la tarta dobos (tambor) ganó este nombre por la capa caramelizada que lleva encima, pues tiene la misma forma redonda y es tan tensa como la de un tambor. Sin embargo, este pastel tenía más novedades revolucionarias en su época que resistir unos golpecitos encima. 

El hombre detrás de la batidora 

El creador de la tarta dobos fue József Dobos C., maestro pastelero de Pest. Con la creación de este dulce que recibió su nombre, quiso preparar una tarta que, a pesar de las tecnologías de refrigeración atrasadas de la época, pudiera ser consumida y disfrutada por un tiempo prolongado. Para ello, no obstante, había que desarrollar una tecnología completamente nueva. Ello consistió en que, en vez de las anteriores cremas cocidas y nata batida de corta duración, él usó una crema con mantequilla para su tarta. Tanto la crema con mantequilla mezclada con chocolate, como la masa del biscocho del postre, fueron desarrolladas por él. Adelantó incluso al famoso Emil Gerbeaud de su época, usando por primera vez la crema con mantequilla para preparar la tarta, aunque Gerbeaud introdujo numerosas novedades en la repostería húngara. Muchos intentaron imitarlo, pero no lo consiguieron. Al final, hizo públicas sus artimañas cuando se retiró definitivamente. Gerbeaud fue uno de los primeros en apropiarse de la receta.

 

Por otro lado, el señor Dobos tenía fama de ser un gran innovador, hizo también diversos experimentos para conservar alimentos. Conservó espárragos, guisantes, trufas, hígado de ganso y pescado entre otros, y hasta elaboró vinagre de Tokaj. A pesar de ello, su gran invento fue la tarta dobos, que también exportó con éxito a numerosas metrópolis de Europa. De eso se enriqueció, pero invirtió la mayoría de su capital en préstamos de guerra, lo que más tarde no resultó ser un buen negocio. Así pues, aunque gozaba de gran reputación a nivel mundial, murió pobre. 

Es la propia simplicidad sofisticada 

Por cierto, la tarta dobos es muy sencilla: una crema de chocolate ligera entre cinco hojas de bizcocho y, encima, una capa de azúcar caramelizado. Luego, tradicionalmente, se corta en 20 porciones. Según László Mihályi, el portavoz más fiel de la herencia de József Dobos C., hoy se debe brindar la misma experiencia de sabor que el creador soñó hace más de 130 años. El maestro pastelero dice que el desafío de esta tarta sencilla es encontrar el equilibrio de la mantequilla, la manteca de cacao, el cacao y los demás ingredientes para obtener este resultado tan intensamente cremoso y fácil de consumir al mismo tiempo. Evidentemente, el «tambor» hecho de azúcar caramelizado requiere la mayor atención posible. Hay versiones preparadas con semejante esmero por los reposteros Anna Maczák, Zoltán Huszák, Kinga Szász, Zsuzsanna Ötvös, László Jámbor, Attila Menyhárt o Katalin Szabó Miklósné. Pero la auténtica tarta clásica se puede saborear en la Pastelería Gerbeaud. 

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