Tokaj y los 26 municipios de sus alrededores forman la región vinícola, cuyos límites naturales son el monte Sátor, el monte Kopasz y los ríos Tisza y Bodrog. La región es considerada una región vinícola autónoma debido a dos particularidades, a saber el clima local que promueve la pasificación de las uvas debido a su microclima protegido por las montañas Zemplén, y las áreas de humedales formadas por los ríos. Los viñedos están plantados en suelos rocosos muy variados de origen volcánico, a una altitud de aproximadamente 100 a 300 metros sobre el nivel del mar.
Según la leyenda, fue el rey Luis XV quien llamó al vino aszú procedente de Tokaj-Hegyalja «el rey de los vinos y el vino de los reyes», pero se decía que Mozart y Goethe eran también grandes admiradores de este néctar.
Por lo tanto, de ningún modo se debe terminar el recorrido sin haber degustado una copa de furmint o aszú en el ambiente incomparable de las bodegas centenarias, escuchando las anécdotas contadas por un vinatero de la región de Tokaj, por ejemplo, de Mád o Erdőbénye.
Uno de los vinos dulces más singulares del mundo, el aszú de Tokaj puede considerarse, sin exagerar, una maravilla de la naturaleza. Para la pasificación de las bayas de uva es imprescindible la presencia del moho noble, facilitada por la formación de la niebla otoñal. Otro factor importante es el sol de otoño, que permite que las uvas se sequen y el azúcar y otras sustancias valiosas se concentren en ellas, lo que confiere al vino un carácter único. Durante la vendimia, las valiosas bayas pasificadas se recolectan por separado y luego se remojan en una proporción adecuada de mosto o vino base de la misma añada. Después del prensado y la fermentación, como resultado de una larga maduración de varios años nace el vino aszú con su sabor incomparable. La preservación de la unidad de la región durante siglos se debe a su patrimonio geológico único y variado, la diversidad de las rocas y suelos, su ubicación geográfica especial, los cientos de volcanes independientes alrededor, en otros tiempos activos, su microclima favorable y la singularidad de los viñedos y de las bodegas. Gracias a la combinación de todo ello, el vino de Tokaj, especialmente el aszú de Tokaj, se ha hecho mundialmente famoso, y los vinos secos, debido a su complejidad y riqueza en componentes están ganando cada vez mayor popularidad.