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Los mercados de la capital: una tradición centenaria con un atuendo moderno

El Gran Mercado Central BudapestGran Budapest

En los últimos años, se ha abierto un nuevo capítulo en la historia de los mercados en Hungría: el renacimiento de una vieja tradición que durante siglos formó parte esencial de la cultura húngara. Tradicionalmente, los mercados han servido para suministrar alimentos frescos, pero hoy son mucho más que eso para sus clientes: son también un lugar de interacción social, aunque las personas también se sienten atraídas por los mercados debido a la posibilidad que les brinda para apoyar a ...

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Cada fin de semana, agricultores de todo el país se adueñan de los mercados más famosos de la capital, que desde las primeras horas de la mañana se inundan de visitantes que tratan de encontrar los mejores productos en el laberinto de los puestos. Hoy día, el mercado se ha convertido en una actividad de ocio, un pasatiempo al que se le atribuye un valor cultural y que todos deberían experimentar al menos una vez en su vida. En los siguientes mercados de la capital, tú también podrás familiarizarte con el ambiente de estos mercados.

El alfa y el omega de los mercados de la capital: El Gran Mercado Central

A finales del siglo XIX, la estructura urbana de Budapest experimentó una gran transformación, adoptando su forma actual en tan sólo algunas décadas. Pero la moderna ciudad cosmopolita seguía teniendo mercadillos anticuados, sucios y con peligro de contagio, que cada vez eran más criticados por la prensa. Ello condujo a la construcción del principal mercado de Budapest, impresionante edificio construido con la colaboración de algunos de los maestros más famosos de la época. Los coloridos elementos cerámicos proceden de la fábrica de cerámica y porcelana de Vilmos Zsolnay, y la fachada también está decorada con piro-granito de la fábrica Zsolnay. El recinto del mercado, ubicado en la plaza Fővám, se ha mantenido en funcionamiento desde entonces, con algunas pequeñas interrupciones. Entre los puestos del mercado que abre sus puertas de lunes a sábado, los visitantes pueden elegir entre numerosos y deliciosos productos, desde lácteos caseros hasta cárnicos frescos, aquí se puede encontrar de todo. Los puestos de la calle Hungarikum atienden específicamente las necesidades de los turistas extranjeros y ofrecen productos húngaros de calidad de los que no puede prescindir ningún hogar húngaro. Y si te apetece comer algo mientras compras, podrás hacer una parada en uno de los restaurantes o puestos de comida para degustar platos tradicionales húngaros (lángos, chorizos fritos, morcillas), o una versión reinventada de los mismos.

Mercado Czakó de pequeños agricultores y productores, donde ir al mercado se convierte en una fiesta colectiva

Cada semana, los mejores productores del país traen sus mercancías al Jardín Czakó, ubicado en la cima de la colina Tabán, donde no es posible evitar quedarse boquiabierto ante tanta exquisitez. Una de las particularidades del Mercado Czakó es que siempre se respira un ambiente extremadamente informal, casi familiar: las personas se saludan desde lejos, pero los recién llegados también son acogidos inmediatamente en la comunidad y reciben consejos útiles sobre dónde comprar los mejores productos y probar los bocados más sabrosos. Ya que se trata de un mercado de pequeños agricultores y productores, además de los productos "clásicos" de mercado, también encontrarás curiosidades gastronómicas, tales como micro verduras, postres sin gluten, sin lactosa u otros aditivos y especialidades de pasta y queso hasta donde alcanza la vista. Los organizadores del Mercado Czakó suelen programar regularmente ferias temáticas, que pueden ser una hornada común de lángos, talleres diversos o actos benéficos.

Un mercado de agricultores disfrazado de bar ruina: Pancs Gasztroplacc

Pancs Gasztroplacc, situado cerca del barrio de Corvin, puede parecer a primera vista uno de los populares bares ruina del centro. Pero no te dejes engañar, ya que los visitantes, o sea, los "Pancsolok" (Chapoteadores en español, aludiendo al nombre del lugar) no encontrarán aquí cervezas artesanales, sino frutas y verduras de temporada, quesos, jamones y embutidos caseros, bollería casera, siropes, mermeladas, zumos, delicias vegetarianas y veganas, al menos los domingos. Los demás días de la semana, el establecimiento alberga un acogedor bar ruina. Buena muestra del ambiente que se respira es que las compras suelen terminar con un desayuno o almuerzo común, que incluso puede ir acompañado de música callejera. Los productores organizan regularmente talleres y degustaciones, e incluso puedes tomarte aquí un pálinka en homenaje a las viejas tradiciones húngaras, ya que, en nuestro país, tanto las generaciones anteriores, como los abuelos campesinos coinciden en que esta es la mejor forma de mantenerse sano. 

‎¡MUÉVETE EN TU ENTORNO COMO UN HÚNGARO!