Pero ¿por qué tanta energía creativa quedó atrapada entre los muros de Szentendre? La historia de esta pequeña ciudad a orillas del Danubio se entrelazó con el arte moderno en 1890, cuando el joven Károly Ferenczy se instaló aquí. Una década y media después, Ferenczy ya era considerado por los profesionales como el mejor pintor húngaro. Para entonces, también había ganado la Gran Medalla de Oro en la VI Bienal de Venecia. En el año en que se trasladó aquí, nacieron sus hijos: Noémi Ferenczy, creadora del arte moderno de la tapicería húngara, y Béni Ferenczy, el gran maestro de la escultura húngara y del arte de la medalla. A finales de la década de 1920, en Szentendre también se estableció una colonia de artistas, lo que motivó que artistas de importancia internacional, entre otros, Béla Iványi Grünwald, Jenő Barcsay y János Kmetty, se trasladaran aquí. Desde la década de 1930 hasta la actualidad, la excelencia del arte contemporáneo ha ido llegando constantemente a la ciudad. Además del primer Museo Ferenczy, en los años 70 se creó el actual sistema de pequeños museos y espacios de exposición. ¡Conozca algunos de ellos!