Uno de los castillos más antiguos es el castillo de tierra de Szabolcs. En el extremo norte del pueblo Rakamaz, a orillas del Tisza, a 12 kilómetros de Tokaj, se encuentra el castillo de tierra más antiguo y mejor conservado de Hungría. Como su nombre lo indica, fue el alojamiento de uno de los jefes tribales de los húngaros que se asentaron en la cuenca de los Cárpatos. Así lo confirma la crónica de Anonymus, el escribano del rey Béla III. Szabolcs fue el hijo de Előd, uno de los siete caudillos tribales de la alianza, posteriormente fundador del clan Csák.
Así, el castillo fue construido hacia el año 950 por los conquistadores húngaros.
¿Cómo se puede imaginar un castillo de tierra?
Los castillos de madera y tierra se construían también con piedra, las vigas de madera se unían con tocones de ramas y los espacios entre los tocones se rellenaban con tierra apisonada. Así se proporcionaba una base sólida para las estructuras antiguas. En el caso del castillo de Szabolcs, los muros superaban por término medio en 11 metros el nivel interior y, en el lado que daba a la llanura aluvial, alcanzaban una altura de 20 metros. Aquí el Tisza bordea el castillo de tierra por dos lados, y en el tercer lado se construyó un canal de 7 metros de ancho y 3 metros de profundidad, con el que se formó una isla artificial. La entrada principal de la isla estaba conectada con la tierra firme por un puente. En cada una de las tres esquinas de la fortaleza se alzaba una torre de vigilancia. Actualmente, sólo vemos los fosos triangulares, pero incluso así podemos imaginar sus verdaderas dimensiones. No lejos del castillo, se encuentra un monasterio de tres naves de la época de San Esteban, cuya importancia queda subrayada por el hecho de que el rey San Ladislao celebró aquí su primer concilio legislativo en 1092. Actualmente, el edificio de estilo románico funciona como una iglesia protestante.
Castillos de tierra del siglo XI
El castillo de tierra de Abaújvár a orillas del río Hernád es un poco posterior, pero también importante; vivió su apogeo entre los siglos XI y XIV. En este lugar, antiguamente se encontraba un asentamiento romano. El castillo era una fortaleza construida sobre un elevado montículo de tierra, rodeado por un muro de madera, cuyas paredes probablemente tenían un parapeto. En el siglo XI, los habitantes del castillo se alojaban en numerosas viviendas excavadas y edificios de madera. En esta época, no había otro edificio de piedra que la casa solariega del Ispán (regente del condado) y una iglesia levantada obligatoriamente por disposición del rey Esteban, en estilo románico al gusto de la época. La defensa del castillo estaba a cargo de arqueros con armas ligeras y de la caballería acorazada. El castillo de Borsod, construido en un lugar igualmente bien defendible, rodeado por el arroyo Bódva y sus pantanos, se encuentra justo en las afueras de Edelény. Los castillos de tierra de Domony y Gyönygyöspata fueron construidos con la misma técnica.