Este llamativo espacio, situado en el ala sur de conexión del Castillo de Buda –que también cuenta con una cafetería y una tienda de regalos en la planta baja–, se creó de la nada gracias a años de investigación sobre historia del arte y a la colaboración de diseñadores y expertos de primera fila. La Sala de San Esteban quedó completamente destruida en la Segunda Guerra Mundial y no se restauró después de 1945, sino se utilizó como almacén y oficina.
El legado de San Esteban sigue vigente
En el marco del Programa Nacional Hauszmann, se investigaron los planos originales, se buscaron fotografías y se utilizaron todos los objetos encontrados en museos húngaros o durante las excavaciones que pudieran relacionarse con el lugar. A la sala, que ha renacido en su forma original, se accede a través de una exposición histórica de objetos especiales relacionados con la persona de San Esteban, como la herma del santo de 1635 que llegó desde Zagreb, y una instalación del mundialmente famoso artista húngaro Samuel Havadtőy, diseñada especialmente para la plaza. La exposición no sólo muestra cómo se construyó este lugar, uno de los mejores ejemplos de artesanía húngara, sino también ofrece una visión del legado aún actual del Rey Esteban y su interpretación en el arte contemporáneo.