Budapest Hungría para las familias - 2 días

El palacio Grassalkovich en Gödöllő aguarda con sorpresas a grandes y pequeños. La obra maestra construida en el siglo XVIII es el palacio barroco más grande del país, que les espera con exposiciones permanentes que abarcan varios siglos de historia. Sigan los pasos del culto a Sissi y conozcan cómo pasaba el tiempo aquí la legendaria reina Isabel. Conozcan entre bastidores el teatro palaciego barroco único en Europa, luego, diríjanse a las profundidades de la tierra y visiten el búnker de Horthy. En este último, además de muebles de la época de la Segunda Guerra Mundial, podrán ver noticiarios de la época y escuchar las canciones más conocidas de Katalin Karády. Seguro que los niños quedarán encantados con la diversidad histórica que podrán encontrar dentro y fuera de los muros del palacio, pero tampoco se pierdan el hermoso parque, que se merece un agradable paseo. En el área de 9 hectáreas del Parque Ecuestre Lázár en Domonyvölgy, ubicado a solo 10 km del palacio, les espera un ambiente rural tradicional húngaro. Entre los programas, espectáculos ecuestres, un patio aldeano y platos húngaros originales aseguran que jóvenes y mayores se sientan a gusto. Y, por supuesto, el entorno pintoresco que invita a relajarse al final del día.

Al día siguiente, crucen el Danubio y no se detengan hasta Székesfehérvár. Seguramente, les cautivará la nostalgia en la exposición del Museo de Juguetes Hetedhét, en la Casa Heimer, que data de varias décadas. La exposición es una gran oportunidad para contarles a los niños sobre su propia infancia, mientras tanto, conozcan cada pieza de la colección Moskovszky. Incluso, podría ocurrir que descubrieran pequeños cubiertos hechos de cuernos de escarabajo ciervo volador. En la exposición, también podrán admirar los dibujos y las famosas ilustraciones de cuentos del artista gráfico László Réber. Después de visitar el museo, ¡disfruten al aire libre! El nuevo Centro de Visitantes de Sóstó les espera con programas educativos, juegos y visitas guiadas. La reserva natural de 218 hectáreas ofrece hermosos paseos, senderos educativos, un área interactiva de observación de aves y un parque infantil para mantener a todos entretenidos. De hecho, incluso podrían hacer un picnic en el lugar, ya que hay todo lo necesario: buen aire y naturaleza exuberante. Si no han traído consigo algo de comer, tampoco se quedarán con hambre: encontrarán bocadillos en el buffet del lugar. Para finalizar la excursión, tomen un automóvil o un tren y visiten las orillas del lago de Velence, el tercer lago más grande del país. El lago y sus alrededores son un verdadero paraíso para los deportes; alquilen una bicicleta y den una vuelta alrededor del lago. Gracias a los 33 kilómetros de carriles bici bien planeados, el recorrido será una gran experiencia también con los niños. Si prefieren una relajación más tranquila, podrán partir desde el puerto renovado para explorar en barco el lago y las localidades circundantes.