La historia de sus famosos baños comenzó en la época turca: los ejércitos otomanos que ocuparon el país construyeron aquí los primeros hamams e ilidžas; en su día, hubo 75 baños turcos en Hungría. Ahora quedan cinco. En Eger, encontramos los únicos baños turcos que siguen funcionando fuera de Budapest. La ciudad de Eger es famosa no sólo por sus edificios barrocos, sus excelentes vinos y su centro arzobispal, sino también por sus tradiciones medievales. István Dobó, el heroico defensor del castillo, sigue siendo la figura más conocida y su estatua se encuentra en la plaza que lleva su nombre. Con su espada y un puñado de hombres, István Dobó defendió con éxito el castillo contra el avance otomano en Europa en el siglo XVI. Eger cayó más tarde, y es a la posterior dominación turca a la que debemos su minarete y los hermosos baños turcos restaurados.