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Baños turcos

Baños turcosEgerRegión de Eger

Hoy en día, los Baños Turcos de Eger ofrecen una experiencia especial para los amantes del bienestar y quienes desean relajarse en las aguas medicinales. En la cultura húngara actual, se encuentra la herencia de muchos pueblos.

La historia de sus famosos baños comenzó en la época turca: los ejércitos otomanos que ocuparon el país construyeron aquí los primeros hamams e ilidžas; en su día, hubo 75 baños turcos en Hungría. Ahora quedan cinco. En Eger, encontramos los únicos baños turcos que siguen funcionando fuera de Budapest. La ciudad de Eger es famosa no sólo por sus edificios barrocos, sus excelentes vinos y su centro arzobispal, sino también por sus tradiciones medievales. István Dobó, el heroico defensor del castillo, sigue siendo la figura más conocida y su estatua se encuentra en la plaza que lleva su nombre. Con su espada y un puñado de hombres, István Dobó defendió con éxito el castillo contra el avance otomano en Europa en el siglo XVI. Eger cayó más tarde, y es a la posterior dominación turca a la que debemos su minarete y los hermosos baños turcos restaurados.

La actual piscina abovedada de los baños se construyó entre 1601 y 1617. Con el tiempo, el balneario se ha transformado y se han añadido nuevos edificios. La cúpula fue renovada hace unas décadas, cuando se utilizaron 200 000 mosaicos de oro para cubrir el arco interior. El agua de la alberca turca tiene una temperatura de 30 °C. Las piscinas pequeña y grande con aguas lisas como el espejo y la piscina de hidromasaje son más cálidas, con temperaturas de 34 °C. También hay dos piscinas de agua caliente, de 36 °C y 38 °C, respectivamente. El balneario cuenta con una cabina de aromas, un baño de vapor, una sauna y una cabina de infrarrojos. Los visitantes pueden disfrutar de seis piscinas y servicios de bienestar y terapéuticos. Los baños se levantaron originalmente sobre fuentes termales. El agua termal de Eger, rica en radón, llena tres piscinas y se abre paso a través de las piedras que cubren el fondo de las mismas. Los efectos beneficiosos del radón incluyen la reducción de los procesos inflamatorios en el cuerpo. Además, potencia la producción de la hormona de la felicidad, la endorfina, y favorece la renovación celular.

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