Visitar Őrség no sólo es fascinante por el paisaje: hay una gran cantidad de valiosos monumentos de arquitectura popular, caseríos típicos, edificios agrícolas que, o bien no son típicos en otras partes del país, o bien han sido demolidos hace tiempo. Para vivir la experiencia, tendrá que viajar hasta la frontera con Eslovenia y Austria y admirar pintorescos paisajes con viejos campanarios y encantadoras granjas, pero –gracias al tamaño de Hungría– la distancia se salva fácilmente. Őrség es un testigo del pasado: preserva la tradición y la mantiene viva. Viajando por los mágicos paisajes de Őrség, es difícil establecer dónde termina el folclore y qué pertenece a la vida moderna. Este es un rincón de Hungría en el que la arquitectura y la cultura popular siguen formando parte de la vida cotidiana. Aún hoy día, viven en la zona muchos artesanos y agricultores de alimentos orgánicos, que hacen lo mismo que sus antepasados de los siglos XVIII y XIX.
El conjunto de arte popular de Őrség presenta en la localidad de Szalafő la vida y las tradiciones de los años 1700.
El museo etnográfico al aire libre también ha logrado conservar el ambiente original rural. Aquí, algunas de las viviendas autóctonas no se seleccionaron y reconstruyeron, sino que simplemente se conservaron para la posteridad. Un viaje a los siglos XVIII y XIX mientras recorre las casas con pequeñas ventanas ornadas con geranios. Los objetos y herramientas relacionados con el estilo y la forma de vida de aquella época también ayudan a evocar estos tiempos. El mobiliario de las casas revela el modo de vida y el quehacer cotidiano de la sociedad campesina del pasado. También están presentes los edificios agrícolas, el granero y el kástu, que son edificios típicos de la región; este último se utilizaba para almacenar alimentos y simientes, es decir, el patrimonio familiar.