El Bastión de los Pescadores, uno de los ejemplos más destacados del eclecticismo húngaro, se encuentra en el distrito I de Budapest, en el Barrio del Castillo de Buda. El edificio forma una parte importante del panorama urbano, y en 1987 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO junto con el Barrio del Castillo de Buda. Vale la pena caminar a lo largo de su fachada de 140 metros de largo, ya que ofrece un panorama asombroso, además, podrá tomar fabulosas fotos también de otra atracción importante, el Parlamento.
Un lugar que oculta tesoros arqueológicos
El Bastión de los Pescadores originalmente desempeñaba un papel protector como parte de la muralla de la ciudad de Buda. Recibió su nombre del Pueblo de los Pescadores que se extendía debajo, porque los pescadores que comerciaban allí eran los defensores del bastión cuando era necesario. Su renovación se inició en 1899 según los planes del arquitecto Frigyes Schulek, y se abrió para el gran público en 9 de octubre de 1905. Las obras duraron tanto tiempo porque, entre otras cosas, durante las obras encontraron varios hallazgos arqueológicos importantes, como lápidas sepulcrales góticas y renacentistas, y encontraron también el santuario de la antigua iglesia dominicana. La estructura completa está formada por la escalera de tres tramos, los baluartes norte y sur, los pasillos y el patio del baluarte sur, según las ideas de Frigyes Schulek. Designó como torre del norte el antiguo Bastión de las Avisos, mientras que la del sur la construyó él mismo. El renovado patio del bastión alberga la estatua ecuestre del primer rey húngaro, San Esteban, y la base está decorada con relieves que conmemoran los momentos destacados de su reinado. Las torres de piedra simbolizan a los siete caudillos húngaros conquistadores de la patria. El Bastión de los Pescadores necesitaba otra renovación después de la Segunda Guerra Mundial, y las obras fueron dirigidas por János Schulek, hijo de Frigyes Schulek, pero terminaron mucho más tarde, en 2003.