Si piensa que la mayor parte de la vida de los monjes que viven en el monasterio consiste en el descanso, ciertamente está equivocado: estos monjes hacen trabajo pastoral en la comunidad y en las localidades circundantes, organizan exposiciones y conciertos, conducen ejercicios espirituales, enseñan en la escuela primaria benedictina local, e incluso elaboran infusiones medicinales y velas. “Nadie es apto para todo, pero todos son aptos para algo”, afirman, por lo que se proponen lograr que cada miembro de la comunidad transmita la Buena Nueva del Evangelio a través de su propio carisma.
La historia del monasterio ha sido bastante turbulenta. Los primeros cambios significativos para el conjunto arquitectónico se produjeron en los siglos XVI-XVII: debido a los ataques turcos, la vida monástica prácticamente cesó en Tihany y el monasterio fue ocupado por soldados. Después de las guerras de liberación, el monasterio pasó a ser propiedad de una abadía austriaca; solo en 1716 regresó a manos húngaras. Posteriormente, comenzó la reconstrucción de la iglesia y el monasterio, pero, en 1763, un incendio detuvo las obras. Seguidamente, los monjes tuvieron que abandonar el monasterio otras dos veces: en 1786 y, luego, en 1950. Solo en 1994, la orden benedictina recuperó el conjunto de edificios y, luego, la renovación general comenzó en 1996, para que la Abadía Benedictina de Tihany hoy día pueda ostentar su estado actual.
Sugerencia Si pasa sus vacaciones en el lago Balaton, además de Tihany, vale la pena visitar Keszthely, incluido el castillo Festetics, donde podrá sumergirse en el verdadero esplendor aristocrático.