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La Basílica de Esztergom

La Basílica de EsztergomEsztergomGran Budapest

Esztergom juega un papel importante en la historia de Hungría en varios aspectos: fue aquí donde nació el rey fundador del Estado húngaro, San Esteban I, quien la elevó al rango de arzobispado y convirtió la ciudad en el centro de la Iglesia católica húngara.

El asentamiento, ubicado en la pintoresca región del recodo del Danubio, se ha convertido desde entonces no solo en un centro eclesial, sino también en un centro turístico. Uno de los lugares más populares es la Basílica de Esztergom, que se eleva en el punto más alto de la ciudad. Construida en estilo clasicista, la catedral de 100 metros de altura se considera entre las basílicas más grandes de Europa y la más grande de Hungría. El edificio le deslumbrará no solo por su aspecto exterior, sino también por su apasionante historia.

Un pasado de casi mil años

El edificio monumental de la Catedral de la Asunción y San Adalberto fue construido durante 47 años, y se terminó en 1869. Sin embargo, la historia de la basílica se remonta mucho más atrás: según las fuentes, la primera iglesia en Hungría se construyó en sus cercanías. La iglesia original en el actual sitio de la basílica fue construida por San Esteban, el rey fundador del Estado húngaro, que fue completamente destruida por un incendio en 1180. El destino tampoco perdonó a sus otros predecesores: la iglesia fue dañada durante los ataques turcos en el siglo XVI, después de la caída de Esztergom, el santuario fue demolido y el edificio se utilizó como mezquita. En 1594, durante la lucha por la recuperación del castillo, fue destruida casi por completo por una explosión, solo se salvó para la posteridad la Capilla Bakócz, que fue desmontada en 1600 piezas e incorporada al cuerpo de la basílica, donde se puede ver en su estado original.

La construcción del edificio actual tampoco transcurrió sin problemas: fue interrumpida varias veces, y el plano fue rediseñado una y otra vez. Con el paso tiempo, la obra estuvo liderada por 4 arzobispos y 4 arquitectos, entre los que se encontraban, por ejemplo, János Packh y József Hild, considerados entre los arquitectos más destacados de su época. En 1856, con motivo de la solemne consagración del edificio, Ferenc Liszt escribió su famosa obra, la Missa Solemnis, que dirigió personalmente en la ceremonia. Durante la Segunda Guerra Mundial, la basílica fue severamente atacada: alrededor de 95 granadas y bombas cayeron sobre ella, causando daños tanto en la columnata como en la cúpula. Tras las restauraciones, el edificio recuperó su antiguo esplendor y, en 2005, también recibió una imponente iluminación decorativa. En diciembre de 2018, el Gobierno húngaro decidió renovar la Basílica durante los próximos cuatro años. Independientemente de las obras de restauración, la Basílica todavía se puede visitar.

Experiencia visual impresionante

La Basílica de Esztergom también es singular porque su fachada principal mira hacia el este, ya que esta era la única forma de crear un camino inclinado hacia la entrada. Por lo tanto, a diferencia de otras iglesias, el santuario se encuentra en la parte occidental del edificio, con vistas al Danubio. Las dimensiones del edificio con planta de cruz griega son imponentes, vale la pena perderse un poco en la enorme columnata, admirando los escudos de armas de piedra y las estatuas. Después de recorrer el enorme edificio desde el exterior, tómese el tiempo para explorar el interior. Las visitas individuales y con fines litúrgicos son gratuitas, solo hay que pagar por la visita a la cripta, la tesorería de la catedral, la sala panorámica y el mirador de la cúpula. 

En la parte introductoria de la sala panorámica, se presentan diversos períodos de la construcción de la catedral y, en la sala central, le espera una cafetería, donde podrá admirar el panorama del Danubio con un estimulante café. Y en la tercera etapa, podrá conocer capítulos interesantes de la historia de la basílica de forma interactiva. Los aventureros podrán llegar al mirador subiendo por 400 escalones, donde serán recibidos por un hermoso panorama: la ciudad, el puente Maria Valéria, Sturovo en Eslovaquia y el recodo del Danubio también ofrecen excelentes vistas y, cuando hace buen tiempo, incluso podrá divisar los picos de los montes Tatra en el horizonte. Si ha visitado todas las partes del edificio, dé un paseo por la plaza Szent István frente a la fachada principal este de la catedral y no se pierda el Museo del Castillo de Esztergom.

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