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Recursos naturales medicinales

Aguas vigorizantes

¿Sabía que en la actualidad unos 1500 manantiales de agua mineral se aprovechan en Hungría? Aunque aquí se aplican regulaciones más estrictas que en otras partes del mundo, en este país existen más de doscientas fuentes de agua con un efecto curativo comprobado.  

Barro medicinal

La temperatura de los lodos utilizados para la barroterapia puede alcanzar los 36-42 °C. Los principios activos se absorben a través de la piel, estimulando así las terminaciones nerviosas y ejerciendo un efecto relajante muscular y analgésico. A diferencia de los analgésicos, el tratamiento tiene un efecto a largo plazo que alivia el dolor durante varios meses.  

¡Suba a esa montaña!

Las brisas frescas de la montaña dan origen a una presión atmosférica más baja, lo que facilita el tratamiento de las enfermedades cardíacas y circulatorias, así como de la hipertensión, siendo también recomendable para la bronquitis y ciertos trastornos del metabolismo. En las montañas de Mátra, se encuentra el pico Kékestető, que es uno de los destinos de recreación de clima de montaña más famosos del país.  

¡Respire hondo!

Debido a sus efectos climáticos de carácter terapéutico, la espeleoterapia también ha demostrado ser efectiva en el tratamiento de diversas enfermedades respiratorias. La inhalación de los minerales solubles que contiene el agua que gotea de los techos y paredes de las cuevas tiene un efecto antiinflamatorio y antiespasmódico. En Hungría hay cinco cuevas medicinales certificadas: la cueva de Abaliget, la cueva István en Lillafüred, la cueva de Szemlő-hegy en Budapest, la cueva medicinal del Hospital Municipal de Tapolca y la cueva Béke en Jósvafő. 

En el vapor hasta la cintura

Hace mucho tiempo, después de que alguien colgara sus piernas al borde de una cavidad, se dio cuenta de que las heridas de sus pies empezaron a curarse. La respuesta se halla en el dióxido de carbono. En algunas partes del mundo, se puede observar que, como consecuencia de las actividades posvolcánicas, emergen gases que al inhalarse o absorberse a través de la piel ejercen un efecto curativo en el torrente sanguíneo. Por supuesto, no tenemos que colgar las piernas sobre un abismo, es suficiente aplicar el vapor como tratamiento en un entorno controlado. En el pueblo de Mátraderecske, situado en el norte de Hungría, gases beneficiosos para la salud con un alto contenido de dióxido de carbono llegan a la superficie desde una profundidad de, aproximadamente, 1000 metros, que se recomiendan para la rehabilitación cardiovascular y, por su alto contenido de radón, para el tratamiento de enfermedades vasculares y trastornos vasculares periféricos asociados a la diabetes. 

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