Hoy en día, la vendimia se centra más en sofisticados programas gastronómicos y culturales para el público, pero como el cultivo de la vid se practica en la cuenca de los Cárpatos desde hace siglos, sigue siendo una tradición viva y una fiesta para los húngaros. En la Gran Llanura, la vendimia solía comenzar el día de San Miguel (29 de septiembre), mientras que en la región de Transdanubia no se iniciaba hasta el día de Santa Teresa (15 de octubre). Hubo épocas en las que el comienzo de la vendimia se anunciaba con el repique de campanas y el disparo de cañones.
Sin juicios ni combates
En los siglos XVI y XVII, incluso los soldados que servían más lejos podían volver a casa, se suspendía la legislación y los parientes, amigos y conocidos que vivían a mayor distancia también visitaban las regiones vinícolas, tanto para ayudar en las labores como, cuando estaban listos, para celebrar juntos la vendimia. El evento más elegante de la Fiesta de la Vendimia se popularizó solo más tarde, en los siglos XVIII y XIX, cuando concluía con una cena y un baile nocturno. En algunas localidades, también se extendió la superstición de que, si una muchacha no acudía al baile de la vendimia, se quedaba soltera para siempre.