El nombre Halloween es la abreviatura del término inglés All Hallows' Eve, que significa víspera de Todos los Santos. Para los celtas, era el final del verano, el momento de trasladar el ganado de los pastos a los establos, el momento de celebrar el Año Nuevo, rindiendo homenaje tanto al Dios Sol como al Señor de los Muertos.
El Día de Todos los Santos (en latín: festum omnium sanctorum) es un día de recuerdo en la Iglesia católica de todas las almas salvadas, mientras que los protestantes recuerdan a los difuntos. En el siglo IV, la conmemoración de Todos los Santos se celebraba el primer domingo después de Pentecostés, y la Iglesia Cristiana Ortodoxa sigue celebrándola en este día.
El Día de los Difuntos es muy posterior: San Odilo, abad de Cluny, lo introdujo como día conmemorativo en 998 en las casas benedictinas dependientes de la abadía benedictina de Cluny. Desde principios del siglo XIV, toda la Iglesia católica adoptó esta conmemoración.